28 de enero de 1853, en una modesta casa de la Habana de una familia española nace José Julián Martí Pérez. Siendo aún adolescente escribe sus primeros trabajos literarios y políticos, que le hacen cumplir prisión, y son, no solo expresión de sus habilidades literarias, sino también de los principios éticos y morales que trazaron su vida e infatigable quehacer político, contra la dominación española en la ínsula. 
A su pequeño hijo dedicó bellas palabras de cariño, expresión de su añoranza ante la imposibilidad de compartir con él penas y alegrías. Su amplia visión le permitió advertir tempranamente los peligros que traerían para los pueblos de América las aspiraciones del naciente imperialismo norteamericano. Por ello gran parte de su vida la dedicó a alertar sobre esa situación y en aras de poder enfrentarlos trató de aunar voluntades como vía para combatir tan poderoso enemigo. Como concreción más inmediata de su preocupación por la unidad, trabajó de manera activa en la organización de un partido que cohesionara a todos los cubanos empeñados en alcanzar la independencia y así, el 10 de abril de 1892 creaba el Partido Revolucionario Cubano, en el cual no solo se expresaba su preocupación por la independencia cubana, sino también la de Puerto Rico.
Martì desarrolló una activa labor entre todos los emigrados cubanos, a fin de crear las condiciones para provocar el nuevo estallido insurreccional que se preparaba para la Isla. No pudo ver hecha realidad la obra por la cual tanto luchó, pero con su enorme capacidad creadora y fidelidad a los principios que rigieron su corta vida, nos legó su pensamiento universal que a más de cien años de su muerte, es guía y ejemplo.
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