El HIV, VIH y SIDA se está expandiendo también entre los pueblos indígenas debido al contacto con foráneos y al dramático cambio social al que se enfrentan.
En Papúa Occidental, hogar de 312 pueblos indígenas que han sufrido una opresión extrema y una gran violencia desde que la región fue ocupada por Indonesia en 1960, la tasa de infección de SIDA es 15 veces superior a la media nacional. Muchos indígenas papúes creen, incluso, que el ejército indonesio está introduciendo deliberadamente el virus para exterminarles.
La enfermedad era prácticamente desconocida entre los bosquimanos del Kalahari Central, en Botsuana, antes de que el Gobierno les expulsara de su tierra. Sin embargo, según datos del 2002, al menos el 40% de las muertes que se produjeron entre los bosquimanos en el reasentamiento de New Xade se debieron al SIDA.
Los indígenas yanomami de Brasil, por su parte, habían denunciado que soldados emplazados en su tierra introdujeron la gonorrea y la sífilis en sus comunidades a través de la explotación sexual de las mujeres indígenas. Ahora, temen que los soldados también les transmitan el VIH.
Según declaraciones de Miguel Ángel del Ser, portavoz de Survival International (España): "En la actualidad el SIDA engrosa la larga lista de enfermedades que 'el hombre blanco' ha transmitido a los pueblos indígenas a lo largo de los siglos. Es parte del legado que, en nombre del 'desarrollo', reciben los pueblos más vulnerables del planeta: no conocen el riesgo que entraña el acto sexual sin protección y tampoco tienen acceso a preservativos. El contacto con foráneos y la pérdida de sus tierras les lleva al desarraigo y a convertirse en las principales víctimas de enfermedades como el SIDA, antes desconocidas para ellos. Bastaría con que los gobiernos se asegurasen de que su tierra es protegida adecuadamente para evitar semejante barbarie en pleno siglo XXI."
En Papúa Occidental, hogar de 312 pueblos indígenas que han sufrido una opresión extrema y una gran violencia desde que la región fue ocupada por Indonesia en 1960, la tasa de infección de SIDA es 15 veces superior a la media nacional. Muchos indígenas papúes creen, incluso, que el ejército indonesio está introduciendo deliberadamente el virus para exterminarles.
La enfermedad era prácticamente desconocida entre los bosquimanos del Kalahari Central, en Botsuana, antes de que el Gobierno les expulsara de su tierra. Sin embargo, según datos del 2002, al menos el 40% de las muertes que se produjeron entre los bosquimanos en el reasentamiento de New Xade se debieron al SIDA.
Los indígenas yanomami de Brasil, por su parte, habían denunciado que soldados emplazados en su tierra introdujeron la gonorrea y la sífilis en sus comunidades a través de la explotación sexual de las mujeres indígenas. Ahora, temen que los soldados también les transmitan el VIH.
Según declaraciones de Miguel Ángel del Ser, portavoz de Survival International (España): "En la actualidad el SIDA engrosa la larga lista de enfermedades que 'el hombre blanco' ha transmitido a los pueblos indígenas a lo largo de los siglos. Es parte del legado que, en nombre del 'desarrollo', reciben los pueblos más vulnerables del planeta: no conocen el riesgo que entraña el acto sexual sin protección y tampoco tienen acceso a preservativos. El contacto con foráneos y la pérdida de sus tierras les lleva al desarraigo y a convertirse en las principales víctimas de enfermedades como el SIDA, antes desconocidas para ellos. Bastaría con que los gobiernos se asegurasen de que su tierra es protegida adecuadamente para evitar semejante barbarie en pleno siglo XXI."
Fuente: Survival International
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